Algo que tienen en común la mayoría de las tradiciones paganas y en especial la wicca es esta veneración absoluta por la diosa y por supuesto a cada factor femenino no solo en las mujeres si no en el hombre recuerden que somos seres completos y que tenemos nuestra parte femenina y masculina independientemente del sexo pero en esta ocasión eh querido dirigirme exclusivamente a ellas y escribir sobre una teoría muy interesante de los arquetipos de las diosas y la mujer acá se presentan arquetipos del panteón griego pero casi todos los panteones tienen una manifestación similar, y lo mas importante son manifestaciones internas de la mujer con las cuales se pueden conectar y permitir que esa Diosa interior se manifieste.
VENUS
La energía de la sensualidad.
ATENEA
La energía de la juventud.
A menudo se representa con un casco símbolo del poder creativo de lo femenino y se corresponde con la luna creciente, que alude al crecimiento, a la fuerza de la vida, a la energía juvenil en estado puro. En fase de luna creciente, el mundo vegetal crece y se expande y la vida estalla en todos los sentidos. Atenea es la energía femenina que se manifiesta dentro de la acción, capaz de aplicar su conocimiento de manera práctica y útil. La mujer que está bajo la influencia de Atenea posee el don del pensamiento lógico de naturaleza intuitiva. Es capaz de conservar la mente clara en medio de emociones fuertes y aportar soluciones concretas a los problemas que presenta la vida. Asimismo, reconoce el poder del oponente y lo respeta. La leyenda de esta célebre diosa del panteón griego señala que transmitió a las mujeres las artes y artesanías, como la cerámica, la música, el tejido y el hilado. Atenea es la acción unida a la paz, y tejer e hilar son metáforas acerca del devenir del tiempo. El arquetipo de esta diosa virgen está asociado al de la doncella; su cuerpo es puro pero al mismo tiempo expresa una ola de pasión sexual. Aspira a unirse a un hombre y a la vida a través del amor. Cada mujer, al término de la menstruación entra en la fase de Atenea; se siente llena de energías y capaz de plantearse nuevas metas y proyectos.
La energía de la sensualidad.
Venus es la diosa del amor, la sensualidad y la belleza y era considerada la diosa más bella del panteón grecolatino. La belleza de la luna llena es la de Venus en medio del cielo. El arquetipo de Venus rige en las mujeres las experiencias del amor, del encuentro con la belleza, la sexualidad y la sensualidad. Una mujer enamorada y que se siente correspondida es el vivo ejemplo de este arquetipo. Si observamos los cuerpos de un hombre y una mujer frente a frente vemos que son perfectamente complementarios, y cuando se unen forman un círculo de poder único y cósmico. Yin y Tang, cielo y tierra, todo el universo está englobado en los cuerpos masculino y femenino. El arquetipo de la amante nace de la danza eterna del hombre persiguiendo a la mujer y el deseo del abrazo definitivo y cósmico. Las mujeres se tranforman en Venus durante la fase premenstrual, volviéndose seductoras, sensuales, mágicas. En esta fase la energía sexual cíclica de la mujer alcanza su punto culminante. El sexo incluye todo el espectro de emociones y experiencias humanas, desde las elevadas hasta las más bajas. Así, el sexo puede ser diversión y juego, amor, aprendizaje, espiritualidad; es lo único en nuestras vidas que posee una magnitud multidimensional, holística, cósmica. Para sentirse plena y equilibrada, una mujer habrá de gozar de una vida sexual plena y equilibrada. Venus se identifica con el Aceite Esencial de Jazmín, que destila la esencia de la feminidad y la sensual intensidad de la naturaleza.
HERA
La energía de la madre
El arquetipo de la madre es quizás el más complejo y rico de la mitología de la Diosa porque incluye las experiencias del embarazo y el parto, en que un nuevo ser experimenta el tránsito dramático desde un mundo atemporal y oscuro al mundo de la luz y la mortalidad. Se conservan imágenes de antiguas sagas mitológicas que representan la eternidad como una huida hacia el vientre. El arquetipo de la madre es también un reflejo importante de la necesidad de la mujer de realizar el instinto de protección y cobijo que anida en su naturaleza en el hijo aún no nacido. El vientre es un elemento central, por su poderosa carga psicológica y espiritual, en la mitología de la iniciación y la transformación, ya que es en el vientre donde se fragua la nueva vida y se destila la esencia de lo femenino. De ahí seguramente que desde tiempos inmemoriales las mujeres hayan hecho de la danza del vientre un ritual sagrado. La madre en sentido figurado aparece en la mitología como un símbolo de redención, y su culto aparece en muchas de las grandes religiones.
El momento de la maternidad es de fuerza y energía pero, a diferencia de lo que ocurre en el momento de la virginidad, es una energía cargada de abnegación, basada en el amor y que genera armonía. Esta fase corresponde a la ovulación, periodo en el que la mujer es fértil. Cuando la mujer entra en la fase de la ovulación se convierte en Hera, esposa de Zeus, diosa del matrimonio, esposa y madre. Su momento es el de la fertilidad, la concepción y la vida.
El momento de la maternidad es de fuerza y energía pero, a diferencia de lo que ocurre en el momento de la virginidad, es una energía cargada de abnegación, basada en el amor y que genera armonía. Esta fase corresponde a la ovulación, periodo en el que la mujer es fértil. Cuando la mujer entra en la fase de la ovulación se convierte en Hera, esposa de Zeus, diosa del matrimonio, esposa y madre. Su momento es el de la fertilidad, la concepción y la vida.
HECATE
La energía de la sabiduría.
Esta fase correspondiente a la luna menguante coincide con la menstruación propiamente dicha y, a lo largo de la vida, con la menopausia y la pos-menopausia. El cuerpo tiene menos energía, los pechos pesan, el vientre se hincha y es necesario dormir más. Las emociones salen a la superficie con más facilidad y todo se vive y se siente con una mayor sensibilidad. Esta es la fase de la purificación interna de la esencia femenina y se vincula con el mito de Hécate, diosa de la sabiduría resultante de la asimilación positiva, y a veces dolorosa, de la experiencia. Hécate también es la diosa de la madurez y del cambio, arquetipo de la sacerdotisa o la hechicera, de aquella mujer que ha desarrollado su sabiduría y está dispuesta a compartirla con las demás mujeres.
Al llegar la menopausia, después de haber pasado por todos los estadios de desarrollo, físico y psicológico, la mujer por fin se siente preparada para ser ella misma y encarar con seguridad los misterios de la vida. Es en este periodo de la vida de las mujeres cuando se produce una reacción alquímica en el cuerpo femenino que se vive como un cambio que conduce a la madurez y la sabiduría. La menopausia es el fin del ciclo menstrual, cuando la mujer disfruta tal vez de su máxima libertad, independencia y autoridad, tras años de amor compartido y fertilidad. El Aceite Esencial de Salvia acompaña muy bien a la mujer en los años de su madurez.